3 de octubre, cumpleaños de nuestra pequeña Sara. Llegó el día, un día maravilloso, por ella, pero también por nosotros. Jamás imaginé que llegaría en día en el que celebraría el cumpleaños de mi hija, de nuestra hija. Ha sido un día muy bonito y especial y ella desde el inicio lo ha hecho que sea aún más especial. Tumbada en la cama con papa y mamá (como todos los fines de semana cuando despierta), iba de uno a otro dando besitos y abracitos.
Gracias Sara, cada día notamos como nos quieres un poquito más.
Sara es aún pequeñita para comprender que es un cumpleaños, pero por lo menos ha sido un día donde ha podido estar con todos los abuelitos juntos, con su tita y sus primitas. Faltaba el tite Paco, lo echamos mucho de menos ese día, sobre todo porque sabíamos que él estaba pensando en nosotros en ese momento, y hubiera dado cualquier cosa por estar aquí con su "mimi Hahn". Hemos pensado en tí.
Tuvo sus primeros regalitos de cumpleaños, su primera tarta, sus primeros globos y su primer intento de soplar las velitas, aunque claro eso solo fue un intento porque cuando encendimos la velita, lo que primero intentó fue tocar la llama.
Sara queremos compartir contigo muchos cumpleaños, queremos que apagues muchas velitas y que podamos estar la familia junto a tí mucho tiempo.
Hace un año, tu vida empezó muy muy lejos de aquí, en un país muy lejano. En ese momento nadie podía imaginar que tu vida se iba a ligar a la nuestra, que ibas a ser nuestra hija y que volarías hasta aquí para comenzar una nueva vida junto a nosotros. Todo gracias a esa persona que te dió la vida, y que gracias a ella papá y mamá son ahora eso, papá y mamá.
Gracias Sara, gracias y mil gracias. Son las únicas palabras que podemos dedicarte por que has hecho que seamos las personas más felices del mundo a tu lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario